viernes, 19 de diciembre de 2025

Nuevo Rostro de Lavado de Activos

GALO LIMA, Oficial de Cumplimiento y Seguridad Informática, 0981478818, galolima@hotmail.com

Nuevo Rostro de Lavado de Activos: riesgos emergentes y el desafío para Ecuador.- Criptomonedas, comercio digital, Fintechs y microtransferencias están redefiniendo el lavado de activos en la región y plantean nuevos retos para Ecuador 

REALIDAD. El lavado de activos utiliza cada vez más tecnología

El lavado de activos en Ecuador dejó atrás la imagen clásica del dinero en efectivo y las transferencias bancarias evidentes. Hoy, según un estudio de gestión de riesgos, el lavado de activos opera de forma fragmentada, digital y transnacional, aprovechando vacíos regulatorios, tecnologías emergentes y modelos de negocio legítimos para ocultar el origen ilícito de los recursos.

Lavado de activos: un delito más sofisticado y difícil de detectar

Las organizaciones criminales ya no mueven grandes montos de una sola vez. Prefieren miles de transacciones pequeñas, contratos aparentemente legales y plataformas tecnológicas que priorizan la experiencia del usuario sobre los controles antilavado. Esta evolución ha superado a muchos sistemas tradicionales de prevención, diseñados para detectar señales evidentes como movimientos bruscos o montos inusuales .

En Ecuador, el desafío se agrava por la rápida expansión de Fintechs, neobancos y billeteras digitales, que no siempre cuentan con procesos sólidos de conocimiento del cliente (KYC) ni con monitoreo transaccional avanzado.

A ello se suma una regulación que avanza más lento que la innovación criminal, especialmente en ámbitos como criptoactivos, NFTs y economías digitales.

Las nuevas formas de lavado de activos en la región y en Ecuador

El fenómeno adopta múltiples formas, muchas de ellas ya presentes en países andinos como Ecuador:

Criptoactivos y finanzas descentralizadas (DeFi): el uso de criptomonedas, mezcladores y plataformas sin intermediarios permite ocultar el rastro del dinero mediante múltiples billeteras digitales antes de convertirlo en recursos aparentemente lícitos.

Comercio electrónico y marketplaces: tiendas ficticias o ventas simuladas en plataformas digitales sirven para justificar ingresos inexistentes, apoyadas en reseñas falsas y devoluciones manipuladas.

Videojuegos y entornos virtuales: la compra y reventa de activos digitales —como skins o monedas virtuales— facilita la transferencia de valor entre jurisdicciones con bajo control regulatorio.

Servicios profesionales ficticios: contratos de consultoría o asesoría inexistentes permiten blanquear fondos bajo una apariencia legal, involucrando incluso a profesionales reales

Fintechs, factoring y neobancos: plataformas con controles débiles pueden ser utilizadas para insertar dinero ilícito mediante préstamos simulados, factoring ficticio o verificación documental insuficiente.

Microtransferencias recurrentes: el fraccionamiento de grandes sumas en cientos de pagos pequeños, por debajo de los umbrales de reporte, dificulta la detección automática.

Lavado “verde” y falsas inversiones sostenibles: proyectos ambientales o fondos ESG inexistentes se usan como fachada para captar y legitimar recursos de origen criminal.

Diversos casos en Latinoamérica evidencian que el lavado no siempre ocurre fuera del sistema financiero, sino que puede infiltrarse en estructuras legales y entidades formales. Escándalos recientes han puesto en evidencia fallas en controles internos, debilidad en la supervisión y ausencia de monitoreo continuo, con impactos reputacionales y regulatorios significativos.

Para Ecuador, estas experiencias son una advertencia clara: la combinación de dolarización, digitalización de pagos y crecimiento de plataformas tecnológicas exige reforzar los mecanismos de prevención para evitar que el país sea utilizado como canal de blanqueo regional.

¿Cómo enfrentar estas nuevas formas de lavado de activos en América Latina y Ecuador?

Los expertos coinciden en que la respuesta no puede basarse únicamente en controles manuales o en el cumplimiento formal. Enfrentar estas tipologías requiere una gestión de riesgos integral que combine:

Monitoreo transaccional avanzado, capaz de identificar patrones, comportamientos atípicos y relaciones ocultas en tiempo real.

Fortalecimiento del KYC y del análisis del comportamiento transaccional, para entender no solo quién es el cliente, sino cómo y por qué se mueve su dinero.

Supervisión activa de terceros, especialmente Fintechs, neobancos y plataformas tecnológicas con las que se mantienen relaciones operativas.

Auditoría interna dinámica, enfocada en riesgos emergentes y tipologías actuales, no solo en listas de verificación normativas.

Colaboración e intercambio de información, incorporando fuentes abiertas y análisis transnacional para anticipar esquemas complejos.

La capacidad de anticiparse, detectar a tiempo y demostrar control efectivo se ha convertido en un factor clave no solo para cumplir la ley, sino para proteger la estabilidad financiera y la confianza en el sistema. El delito evolucionó. La respuesta institucional, tecnológica y regulatoria debe evolucionar al mismo ritmo.

GALO LIMA, Oficial de Cumplimiento y Seguridad Informática, 0981478818, galolima@hotmail.com