Los motivos para esa declaración, ordenada por la
Superintendencia de Bancos, es que la empresa había presentado deficiencias
en la inversión obligatoria por $1’135.994,96 entre enero y agosto del 2014,
explicó Solines. Además dijo que presentaba problemas de liquidez y según la
Resolución SB-2014-867, la empresa tuvo que hacer efectivas inversiones para
hacer pagar $1’718.107,85, pero aún queda un saldo pendiente por cancelar de
$5’430.829,13.
Solines indicó que la liquidación forzosa, que
comenzó el jueves pasado, significa que los ahora exaccionistas pierden sus
derechos, se remueve la administración y entra en funciones un liquidador
puesto por la Superintendencia.
El funcionario pidió a los clientes no asustarse por
la medida. Indicó que todos quienes tienen acreencias (valores por cobrar)
deben registrarlas y esperar a que el liquidador realice (venda) los activos
para poder pagar los pasivos.
Solines reconoció que se trata de “medidas duras”
que toma la entidad para “sacar la maleza del jardín”. Agregó que en un
mercado tan pequeño como el ecuatoriano no debería haber tantas empresas de
seguros, sino más bien deberían quedar las más robustas que están en
capacidad de invertir. “Que se queden quienes quieren jugar en las grandes
ligas”, dijo.
Al ser consultado si los clientes de esta
aseguradora podrían beneficiarse del “Seguro de Seguros” que se creó en el
Código Orgánico Monetario y Financiero, explicó que aún no entra en vigencia,
pues en esa normativa se ha dado un plazo de un año para su funcionamiento.
La resolución de la Superintendencia también
establece que para cubrir las obligaciones y la deficiencia de inversión
obligatoria que debería hacer la empresa al 31 de agosto, la firma debería
contar con un total de recursos de $ 8’298.996,34.
Añade que se tomó la medida para evitar que la
empresa siga vendiendo sus activos, entre los cuales constaban bienes
inmuebles, a fin de precautelar el interés general.
A criterio de Solines, lo más sano para el mercado
ecuatoriano es que haya fusiones. Confirmó que en Ecuador había 45 empresas,
pero ahora quedan 38. “Lo importante es que las que queden sean fuertes, sean
líquidas, tengan buenas inversiones”, explicó.
También recordó que se han dado fusiones y compras.
Por ejemplo, Liberty compró Cervantes, Ace a Río Guayas, Mafre a Atlas y QB a
Colonial.
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